El inglés hace listo al tonto
El idioma inglés es el más importante en el mundo de la empresa. Los asesores deben familiarizarse con él para adquirir un nivel alto si quieren progresar en su carrera profesional. No es una opción, es un requisito.
El viejo profesor Ramón Tamames, autor de referencia en materia de análisis económico e historia de la economía española, suele pronunciar la célebre frase de “el inglés hace listo al tonto y tonto al listo”.
La sabia máxima se refiere al poder que poseen las llamadas lenguas vehiculares, como lo es el inglés, que se usan como medio de comunicación internacional en el intercambio de bienes y servicios, y en las que se escribe la más abundante y especializada bibliografía sobre los aspectos más innovadores en cada momento, lo cual a su vez permitirá a quien lo domine estar a la vanguardia en su área de conocimiento.
Por tanto, el dominio de la lengua inglesa supone una ventaja no solo en términos de poderse comunicar con personas de otras nacionalidades de las que aprender, sino por el mero hecho de tener acceso a las mejores fuentes en las materias del conocimiento más avanzadas, de ahí la sentencia.
Anécdotas aparte, lo cierto es que el inglés a nivel avanzado se postula como la principal criba en todo tipo de puestos del asesoramiento fiscal y legal, de modo que hace las veces de barrera de entrada a los puestos de becario y junior en los despachos de abogados y consultoras, después se tiene muy en cuenta para las promociones de ascenso y puestos de mando intermedios, y para finalizar es un factor determinante en la promoción de directivos y en el salto a la condición de socio en despachos y asesorías.
Qué supone el inglés para el asesor fiscal
Si centramos la atención en el asesor fiscal independiente, que se dedica tanto a boutique, como al asesoramiento recurrente de pymes y autónomos, el manejo del idioma inglés permite una mejor selección de clientes, no solo porque puede proporcionar consejo fiscal a las empresas y particulares extranjeros que deciden instalarse o invertir en España, sino que, al igual que con los asesores fiscales por cuenta ajena, les permite entrar en nichos de negocio del área fiscal que por su dimensión estrictamente supranacional hay que estudiarlos directamente en inglés.
El estudio de la lengua inglesa en la profundidad de su dimensión fiscal es sin duda una base sobre la que sustentar una carrera como fiscalista, así como también puede ser el primer paso a dar si se pretende ascender en la jerarquía de las organizaciones y departamentos dedicados a la asesoría.
Con la finalidad de que nuestros alumnos puedan alcanzar un nivel excelente en la interlocución con clientes internacionales en lengua inglesa, el CEF.- organiza el Curso Monográfico sobre International Legal and Tax English. Adicionalmente, este curso incluye un módulo específico sobre el inglés que se utiliza en presentaciones, emails y entrevistas de trabajo. Es por ello que recomendamos también el Curso Monográfico de Tax and Accounting English para adquirir y perfeccionar los conocimientos y habilidades en materia de inglés especializado en el ámbito jurídico y tributario.
Ricardo Seoane Royo
Abogado, asesor de compliance, estrategia e innovación